Probé la interfaz de audio Positive Grid Riff y la verdad es que me sorprendió para bien. Desde que la saqué de la caja, se nota que está bien construida: se siente sólida, con buenos materiales y un diseño compacto que da gusto tener en el escritorio. Pero lo que más me gustó fue lo fácil que es de usar. La conecté, abrí BIAS FX y en menos de cinco minutos ya estaba tocando con una calidad de sonido más que decente. Nada de instalaciones complicadas ni configuraciones raras.
Algo que también valoro mucho es la baja latencia. Tocar y escuchar todo en tiempo real sin retrasos hace una gran diferencia, sobre todo cuando estás grabando ideas al vuelo. Además, la integración con el software de Positive Grid es genial; todo funciona como se espera, sin cuelgues ni cosas raras.
Ahora, no todo es perfecto. Uno de los puntos flojos es que usa micro-USB, que ya se siente bastante viejo en estos tiempos. Hubiera preferido un USB-C, que además de ser más moderno, se conecta más fácil y es más resistente. También me pareció un poco limitado que solo tenga una entrada de instrumento, lo cual está bien si solo vas a grabar guitarra o bajo, pero no te da margen si querés conectar algo más. Y, por último, eché en falta algunos controles físicos, como un knob para la mezcla directa o algo más de control sin tener que ir al software cada vez.
En resumen, la Riff me pareció una interfaz ideal para guitarristas que buscan algo práctico, portátil y con buena calidad de sonido. No es perfecta, pero cumple muy bien su función y es muy cómoda para grabar ideas rápido sin enredos técnicos.